Simon Cowell, un juez veterano conocido por su agudo juicio y sus críticas a menudo directas, estaba visiblemente afectado. A medida que la actuación continuaba, la expresión habitualmente impasible de Cowell se suavizó y sus ojos se llenaron de lágrimas, algo poco habitual. Junto a él, los jueces Heidi Klum, Sofía Vergara y Howie Mandel se mostraron igualmente conmovidos, y sus reacciones reflejaron el profundo impacto de la actuación.
Al final de la actuación, todo el jurado y el público estaban de pie, con una prolongada ovación que duró varios minutos. Fue un momento de asombro y admiración colectivos, en el que los jueces intentaron recuperar la compostura antes de dar su opinión.
“Esta es la razón por la que hacemos este programa”, dijo finalmente Simon Cowell, con la voz ligeramente quebrada. “En todos mis años como juez, nunca había visto nada igual. Vuestra actuación ha sido algo más que cantar, ha sido una obra maestra que nos ha llegado al corazón. Gracias por compartirlo con nosotros”.
Heidi Klum, con lágrimas en los ojos, se hizo eco de los sentimientos de Cowell y añadió: “Tienes un don indescriptible. Lo que acabamos de vivir es puro encanto, y me siento honrada de haber estado aquí para presenciarlo”.
Sofía Vergara y Howie Mandel también expresaron su admiración, con Vergara comentando el valor y la profundidad emocional de la actuación, y Mandel haciendo hincapié en la notable conexión entre el artista y el público.